Quién sabe porqué, pero algo me hace pensar que estas fechas con tanta algarabía y deseo de hacer algo relevante, las reflexiones hacen presencia en la mente colectiva como en pencas de plátanos, a tal grado que de nuevo tengo algo más qué decir.
En realidad hoy no quiero ser pesimista pues quizá no funcione para gran cosa serlo cuando de antemano sabemos muy bien lo jodida que está nuestra realidad, así que para qué seguirle poniendo más leña al fuego. Mejor, seamos felices, hagamos mil jolgorios que tanto argüende solamente se da una vez al año. Lo del mercantilismo no es ninguna novedad, pero en verdad, nada despreciable, total, el aguinaldo también es una vez al año y así por lo menos, yo como "prole" me compre ropa una vez al año tampoco me cae tan mal.
Señores, en esta ocasión estoy feliz y no sabría decir porqué, simplemente sé que llega navidad, la culminación de nuestro querido 2011 se aproxima y la llegada del apocalíptico 2012 cada vez está más cerca. Díganme ustedes, ¿apoco no esto es suficiente para festejar y estar feliz? Más cuando yo estoy seguro que el 2013 llegará, lo festejaré igual y eso sin ser profeta. Pero bueno, sin despreciar el sentido crítico que se me ha concedido podría mencionar ciertas cosas.
A pesar de políticos iletrados (Si nos respresentan, hay que pensar muy seriamente, puesto que si es un iletrado, de seguro representa a un pueblo iletrado), noticias que siempre nos hacen sentir más mal de lo que a veces ya lo estamos, hay que festejar que seguimos vivos, no para repetir una vez más un "por lo menos..." pues la mediocridad no nos lleva a nada, sino para entender que tenemos una oportunidad más para intentar hacer un poco mejor las cosas, y claro, no soy el primero ni seré el último en repetir estas cosas. Mis estimados amigos, si están cerca de los que quieren, la gente a quien aman, disfrútenla, dense un abrazo enorme y disfruten de su tiempo. Si gustan ponerse melancólicos como un servidor puesto que pasará noche buena a 2,000 kilómetros de su anhelada tierra natal, también háganlo pero recordando las cosas maravillosas que pasaron a lado de esa gente que tanto aprecian, pero tampoco menosprecien a los pocos que tienen cerca, que si no fuera por ellos, estaríamos solos. Sin embargo, no nos preocupemos, cada vez somo más en este planeta así que de lo que menos podemos huir es de tener compañía. Ya si alguien está solo, no es más que por desafortunado, ermitaño o amargado.
Como última ocurrencia quiero fraternalmente, aunque sé que no me escuchará, enviarle un enorme abrazo, desearle mis mejores deseos cargados de ironía a nuestro amo y señor comunicativo, Don Carlos Slim quien es el que mejor disfrutará estas fechas y es que con o sin nuestras buenas intenciones, vaya que se ha de rayar mañana y la semana entrante con tanto desembolso por llamar a medio mundo en menos de cinco horas. Envidiable sujeto. Pero ni modo, ya he pagado por adelantado mis llamadas para que no me salga tan caro, mientras no podamos hacer nada para evadir ese monopolio, tendremos que hacer gustoso uso de tal servicio.
Sin más, quiero desearte a ti, si te tomaste este pequeño instante para leerme, una excelente navidad y un muy próspero año nuevo pero sin dejar de recordarte, que tenemos mucho qué hacer. Nosotros mismos, la gente que nos rodea y México como tal nos necesita. Necesita que no te resignes, sino que pienses en qué puedes hacer por mejorar esta situación. No importa si el vecino no lo hace, mientras la culpa no caiga en tí es suficiente y tu conciencia estará bien.
Feliz navidad a todos, que la más mínima insignificancia pueda servirnos para sonreír y pensar que todo puede ser mejor, si comenzamos a cambiar desde nosotros.
Carpe Diem.
G.E.G.L.
