septiembre 17, 2011

INCOHERENCIAS




Hoy voy a hablar sin saber de qué, después de tanto tiempo de ausencia es probable que escribir, sea solo un gesto de locura. Amanecer y sentirse indiferente no es la cosa más grata que pudiese existir, pero vaya cómo tranquiliza intentar manipular lo que conforma el entorno. Las palabras cuerdas, las ideas claras y la voz que apela la razón tras de aquella realidad absurda, en esta ocasión, tal parece que ha desaparecido.

¡Viva México! Gritaron hace unos días un montón de conocidos bastante desconocidos, yo solamente observaba, callaba y me disponía prontamente acompañado, a dormir. Siento mucho compatriotas, la indiferencia que esto me causa pero tal parece que me fue imposible festejar al margen de un jolgorio ajeno aún para quienes parecen estar felices, quizá no por una verdadera independencia, sino por un delicioso y pachanguero puente. En mi absurdo pensar, tanta algarabía me recordó a las fiestas religiosas que hoy de Dios son muy poco mentoras, pero ah que delicia de tanta fiesta milagrosa. Sin embargo hoy desperté, y decidí por el momento (que quede muy claro) no criticar, ya no más… Por hoy estoy harto de criticar, de juzgar y de estupidecer a medio mundo cuando al gran estúpido, me lo topé hoy por la mañana, despeinado y con mil modorras encima, cuando me asomé al espejo.

Se me antoja un café, pero no hay agua caliente.

¡Que viva la falsa autonomía racional! Hagan caso omiso a una que otra incoherencia por aquí, pero como os dije al principio, hoy solamente quiero escribir. Y piensa y piensa mi sapiensa ajena, y solamente hallo extrañezas en todo lo que nos rodea. No criticaré hoy las cosas absurdas de la vida, que a decir verdad, ya bastante tienen con esta redacción demasiado absurda.

Amigo lector, yo no sé porqué pierdes hoy tu tiempo leyendo cosas como estas, pero seguro estoy de que si lo estás haciendo, es porque la vida en este instante no os ha otorgado mayor virtud, y  has tenido que conformarte en este preciso momento, leyendo las inciertas estupideces que singlan en la mente de un ocioso que se levantó por la mañana y no tuvo nada qué hacer. Solamente una cosa os pido, si tienes la oportunidad de vivir, reir un poco, cantar, escribir, tener un minuto de locura y gritar mil barbaridades, deja de pensar y solamente ¡hazlo! Hazlo pues no sabemos si dentro de pocos minutos, habrá oportunidad para intentarlo, disfruta hasta de las desgracias y rabias, que por lo menos, al vivirlas tendremos una ventaja sobre los muertos.

Piensa y anda, sin saber porqué, a muchos suele suceder. Solamente, sonríe, alégrate y vive.


G.E.G.L