mayo 14, 2013

¿ALGUIEN POR AHÍ?

No hay mucho qué decir para quienes poco escuchan de quien poco habla, sobrado estaría hacer mención una vez más del tiempo y su impaciencia por llegar a quién sabe donde huyendo de quién sabe qué; sin embargo ahí van una vez más los segundos presurosos tras aquellos minutos arreados por las desesperadas horas en aquellos días que nadie quiere esperar. ¡Quién dijo que había más tiempo que vida? ¡Farsante! Deberíamos reunir una comisión para irle a reclamar. -¡Pero no hay tiempo!- De seguro dirían. 
Es probable que quizá haya mucho más tiempo que vida, pero es muy seguro que no es así para quien le toca vivirla, si bien dicen por ahí que los días los tenemos contados, y si lo mismo hacemos con la vida nos daremos cuenta que nadamás tenemos disponible una, ¡vaya caos que se nos avecina!
Lo cierto es, que nos guste o no, el tiempo se ha de escapar y los días nos han de alcanzar. ¿Hacia dónde vamos? ¡Eso es lo de menos!... ¿De dónde venimos? ¡A quién le importa!... Pero el dónde nos encontramos debería quitarle el sueño hasta el más confiado ser humano.
Por ello hoy a carencia de práctica, ideas, educación, costumbre e intelecto, solo terminaré de escribir para este post a causa de no se porqué me acordé que hace por ahi de tres años atrás un joven incrédulo quiso hacer fama escribiendo una que otra sin razón ocupando su sobrado tiempo para obtener lo que nunca ganó. 
Y hasta hoy, tiempo después, podría asegurar que yo conocía muy bien al muchacho aunque hoy él tenga cara de oportunista y pueda yo creer que nos lo han cambiado. Sin embargo dudo mucho de ello pues lo he buscado basado en la creencia de su falsificación y honestamente he comenzado a resignarme admitiendo que es el mismo. Pero despreocúpense que eso al fin y al cabo ya ni nos incumbe, si él perdió la razón, a nosotros qué, él tuvo la culpa, ¡él se lo buscó!

¡Mis queridos filósofos! (No me vayan a salir con que son ingenieros, médicos o teólogos, ¡todos son filósofos!) es un placer para mí poder compartirles estas palabras aunque ni yo mismo tampoco entienda el porqué estoy invirtiendo estos minutos aquí. ¡Eso si! mientras su antiguo anfitrión no recobre la cordura quizá embarre una que otra letra por aquí. 
Sin más yo me despido, y por favor concluyan lo primero priorizando lo que hoy harán sin importar a dónde van y por piedad, olvídense si el intento de ayer les falló, ¡Hoy háganlo mejor!
¡Sean muy felices!... Y como decía el viejo Sabina -¡No se mueran...!-  por aquí algún día nos volveremos a leer.



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