noviembre 01, 2010

DÍA DE MUERTOS, TRADICIÓN NUESTRA.

Imagen tomada de CEJA GÜERA
Hace unos días, previos a nuestro mexicanísimo festejo del “Día de muertos (‘Jalogüiniano’)”, mientras paseaba con una persona por las calles del centro de la ciudad donde resido, se nos ocurrió visitar un pequeño mercado improvisado en una plaza del mismo lugar, especialmente instalado por el “Día de muertos”. Esto, debido a que por trabajar en el medio educativo al igual que yo, mi acompañante necesitaba una calaverita para una actividad con sus pequeños párvulos.

El dilema radicó, en que al llegar a uno de los tantos puestos, y hacer espera ahí por la adquisición de un producto, tomé y tomé fotografías de todo lo que vi; de pronto, apareció una cara igual de lúgubre y arrugada que las máscaras que retrataba; era una señora, la encargada del puesto quien casi se me venía encima por haberle sacado unas cuantas fotografías a sus disfraces que tenía en exhibición. He de reconocer que pasmado quedé por lo sucedido, pero no sabía si era por el reclamo, o por el asombroso trabajo de la señora por darle un toque magnífico a su atuendo y rostro, como para ponerse en ambiente a los festejos (ay, lo que es necesario hoy en día con tal de vender), y fue algo tan peculiar, ¡porque hacía parecer que su aspecto era real!... (¿O si era real?) Como sea, lo que yo aún  no logro explicarme es el porqué de su desencanto por unas simples fotografías que un transeúnte tomaba, evidentemente estaba yo capturando instantes por doquier; además,  ¡le consumimos!... y fue entonces cuando pensé y dije, ¿será que algún sentimiento de culpa la hizo reaccionar así?

Amigos lectores, déjenme comentarles que, es probable que muchas personas como la fémina que me reclamó, tomen actitudes como estas ante tan noble acto, porque muy en el fondo se han de dar cuenta que lo que hacen no es tan correcto, sin embargo, recurren a eso porque algo tienen qué comer, algo tienen qué vender porque de algo tienen qué vivir; y qué importa si nuestras tradiciones se van al carajo o peores culturas nos invaden, Nadie se atreve a combatir contra algo que parece tan avasallante, que creen que no vale la pena (yo muchas veces).

Les comento esto, porque al asomarse una vez más por estas fechas, uno se da cuenta de que con el paso del tiempo, cada vez son menos los que saben y más los que ignoran. Vemos hoy en día a montones de gente por ahí, haciendo sus fiestas de “Jalogüin” y promoviendo la fiestas de disfraces, sobre todo en una juventud tan neófita como la mexicana, a tal grado que cuando llega el 1 de noviembre, todos están ebrios y crudos, que prefieren ni acordarse de lo que se celebra, y llega el día 2; y aún siguen con la resaca, porque han de saber, que hoy el alcohol ya no es fundamento de las fiestas como antes, hoy en día lo natural es tomarse un buen de químicos e hidrocarburos para que la cosa tenga sentido; el tequila a los jóvenes de hoy, ni rasguño les hace. Y vemos las grandes masas de mexicanos agringados, llevando a sus hijos a pedir calaveritas, con sus mexicanísimas máscaras de “chuqui” y quién sabe cuánta cosa más. Brujas, diablos, hechiceros, en fin; eso sí, orgullosamente mexicano. Y pocos se acuerdan de ir por unas flores de cempaxóchitl, preparar un altar o disfrutar de un buen día familiar adornando las tumbas por los cementerios de queridos difuntos que se nos adelantaron.

¡No!... eso ya está pasado de moda… Hoy, en México pocos visitan un cementerio por miedo a que se abran las tumbas y nos vayan a salir unas momias por ahí, o algún monstruo, porque nuestra nueva tradición “jalogüiniana” así nos lo recita. Se ha perdido poco a poco la inocente convivencia familiar recordando a un ser querido, la hemos cambiado por una sarta de pachangones enmascarados. Al parecer, con el paso del tiempo, cómo nos ha ido afectando nuestra extrema cercanía con el gigante vecino del norte, el monopolio televisivo, cinematográfico, musical, por mencionar algunos. Hoy en día son muy pocos los que recuerdan fielmente una tradición, sin importar la que sea; muertos, patria, navidad, año nuevo, si las costumbres del otro lado son más bonitas. Y al ver todo esto, lo único que me hace eco en la mente es: Mediocres, malinchistas e ignorantes. No quiero ofender a nadie, por lo que este punto de vista, es muy particular, y si el saco les queda, pues será de ustedes, y si no, pues pásenselo al de a lado.

Por cierto, ¿No me dan mi calaverita?... ¡Un saludo a todos y gracias por sus comentarios!

 ¿Cempaxóchitl?: ¡Cempasúchil pues!

SOLILOQUIO:
Por ahí dicen, que tan preocupada anda la “catrina”, porque ya nadie se acuerda de ella, a tal grado que también ella salió a pedir su calaverita. Sin embargo ha carecido de éxito, porque después de visitar las casas, de forma burlesca le dicen que su atuendo no tiene chiste, a tal grado, que ya considera notablemente, para el año que viene, comprarse un disfraz de brujita y haber si le pueden dar algo para comer, porque casi nadie le deja alimentos en los altares, al parecer, ya ni altares hay, y con tanto muerto qué alimentar…


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2 comentarios:

Carmin dijo...
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Anónimo dijo...

jajajajaj me gusta que aun no pierdes tu estilo original,
y sabes tu por k antes no se adoptó
el HALLOWEEN ¬¬ ??? pues simplemente por k no habian medios de comunicación masivos que nos lavaran el cerebro para imitar esas costumbres, piensa de k nos disfrasariamos si no existiera la tv el internet o el cine??
ps nadamas de la catrina jejeje.
veamos:
frankie, extranjero
chukie, extranjero
drácula, extranjero
hombre lobo, extranjero
diablo, de una forma u otra extranjero jajajaj
momia, extran... bueno esa chance y si se concidere endémica.

ahora veo por k la tv si es un arma de destrución masiva

muy buen tema, saludos ay ns vemos
como decia emeli TA WENOOOOO!!!!

atte JULIO césar coutiño