Mientras me hallo en situación tan tergiversada, por desconocer demasiadas cosas e intentar hacer cada una de ellas lo mejor posible, comencé de nuevo en el siglar perenne del soliloquio, y pensé en el siguiente relato.
Podría narrarlo así:
En una ocasión, un hombre partió de su pueblo natal, con el fín de hallar una mejor vida fuera de ahí. Al parecer, su necesidad era enorme y le resultaba menéster partir. Sin embargo, algo que le afligía, era el hecho de jamás haber abandonado su pueblo nisiquiera para ir de paseo, era un neófito rotundo en cuanto al trayecto se trataba. A pesar de todo, decidió no ver a su ignorancia y darle prioridad a su necesidad.
Indicaciones de quienes conocían el camino, le habían dicho que en el punto donde el trayecto se confundía, él debía seguir por el camino más hermoso, aquel donde florecia el follaje más bello que jamás se hubiese visto y que tal rumbo, lo llevaría hacia el éxito buscado.
Habiendo pues prestado gran atención a tal indicación, aquel hombre emprendió el viaje.
Después de varios días de caminar, y de haber seguido el mismo camino uniforme y sin variar, cuando creía que jamás hallaría su rumbo y cuando a punto de darse por vencido y retornar estaba, se situó en un lugar donde efectivamente el camino se confundía, pues en tal sitio, se intersectaban dos caminos con el que aquel hombre transitaba. Esto lo hizo pensar y tomar la decisión de ir por uno de estos dos caminos, aunque no le parecía hallar ahí a las flores y el follaje más hermoso que jamás se hubiese visto, pero le parecía más llamativo que seguir en el monótono camino que transitaba, o tomar el otro que se veia deplorable. Después de andar por un largo rato, el caminante se dió cuenta de que se había ido a meter en el hábitad de fieras y bestias salvajes, quienes tiempo después, lo habrían atacado...
Han de saber, que la desfortuna de aquel sujeto radicó en lo siguiente: En efecto, el camino que había tomado no era el adecuado, sin embargo, también es cierto que era el que más prometedor se hallaba en cuanto a belleza se trataba, en comparación con el segundo camino, o el trayecto del monótono rumbo que iba transitando. Sin embargo, también sabrán, que esos dos caminos no eran los únicos que habían, pues aquel hermoso camino de bello follaje del que alguna vez a tan desdichado sujeto le hablaron, se hallaba posterior a la curva próxima del camino original y monótono que aquel hombre llevaba.
SOLILOQUIO:
¿Falta de paciencia?... Es probable que el haberse precipitado halla sido el error más grave de aquel viajero, pues debió haber continuado por el mismo camino pacientemente, que pronto hallaría el indicado. Sin embargo, ¿Quien le iba a advertir a ese sujeto que más adelante se hallaba otro camino y que ése era el que tanto le habían mencionado?...
Lamentablemente nadie es vidente, y mi congoja es, porque como tal viajero me hallo; no sé y quizá nunca sabré, si el camino tomado, fué el indicado; o quizá el camino correcto estaba después del primero.
No sé, si el que debí haber tomado estaba a la vuelta de la paciencia.
Gilberto Esteban Gómez Lara
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3 comentarios:
solo una frase me viene a la cabeza
-uno encuentra su destino en el sendero k toma para evitarlo-
julio coutiño jajaa
como digo siempre mi querido Gil:
"nadie puede huir de su destino"
Gracias por comentar. Estoy aplicando un poco lo que la experiencia me otorgue.
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