julio 06, 2011

Un Magistral Desorden

Realmente no se me han dado nada bien las presentaciones, pero si la improvisación, de modo que le agradezco a los creadores del blog y sus usuarios por permitir unirme a ésta comunidad así como darme la confianza de poder aportar algo con mis pensamientos, que espero les agraden
y siempre tengan el espíritu del Soliloquio, que realmente desde antes de saber su concepto, ya era parte muy integral de mi vida.
De ideas confusas y retazos de los recuerdos que se iluminan al ver los pequeños detalles cotidianos, de ahí es donde parte cada uno de mis pensamientos que si bien admito que no son nada más que pixeles agrupados sin algo que valga la pena que perduré por la eternidad,
sí es algo que tal vez aún no ha tenido su concepto adecuado para definirlo, pero que me honra presentarles.

Ahora luego de la introducción, una breve anécdota/pensamiento/discusión.

Frenéticamente buscaba mi pequeño dispositivo para escuchar Mp3 que no tiene nombre debido a que es más que
probable que lo perderé algún día de estos (sino es que hoy) y el hacerlo hará que me encariñé más con él. Entre
la montaña de objetos mixtos que se había convertido mi cama de al lado que contenía desde ropa húmeda, libros,
cinturones e incluso monedas perdidas que habían sobrevivido al genocidio de las compras de vacaciones, muchas
veces me había reprochado mentalmente "no avientes el reproductor ahí, no avientes el reproducor ahí, no avientes...
¡Ya lo aventé otra vez!"

Comportamiento reprochablemente desordenado me decía mi cabeza, pero entonces empezó el monólogo de neuronas:
—Nadie de por aquí te dijo que fuese un comportamiento reprochable —dijo una región de mi cabeza —Lo que pasa es que
quieres hacerte creer que desapruebas el desorden para no sentirte culpable por sentir que ser desordenado no está mal.
—Muy cierto... —murmuré al admirar como esas neuronas eran verdad pura.
—Y si estás indignado no es por que seas desordenado, sino porque querías tu Mp3 ahora y sabes que está perdido entre
la montaña de ropa sucia y... ¿Qué tanto tienes ahí?
—Mmm... Si ni tu sabes, menos yo.
—Amas el desorden y lo intentas justificar con que el Universo debe de estar desordenado todo el tiempo para poder funcionar
de manera adecuada.
—¿Puedo escribir sobre eso?
—Haz lo que quieras —gruñeron las neuronas en conjunto y se desaparecieron, pasando al plano inconsciente que es a donde pertenecen.

Ahora bien, luego de la búsqueda de mi reproductor llegamos a otro objetivo en la ridícula jornada que me impongo antes
de irme a dormir: ¿en verdad el Universo necesita el desorden para ser funcional? ¿Quién impone el desorden? ¿Quién es el que indica
que al romperse un vidrio, las astillas se resquebrajen en esa dirección y cantidades? ¿Cómo es que saben hacia donde dispersarse?

Simplemente no lo saben, porque si tuvieran conocimiento de ello, de antemano ya no sería un desorden, sería disciplina... Pero
aún así, dentro del caos termina habiendo un orden de las cosas, una estabilidad. ¿El Universo quiere ser ordenado mediante su propio
desorden? ¿O irrevocablemente el desorden terminará llevando enequívocamente a la sucesión equilibrada? ¿O tal vez estamos tan acostumbrados
al desorden que nuestras mentes la interpretan como lo que ya es normal? ¿O tal vez nuestras mentes sean las desordenadas?

Es irónico como al pensar en eso, mis ideas se "desordenan" al tratar de desmenuzar la compleja naturaleza del Universo y no es para menos,
ni siquiera nadie lo ha alcanzado apenas a comprender salvo pocos mortales que han pasado a la Historia por esa hazaña mental de magnitud
colosal. Pero al fin y al cabo que es el desorden en el Universo sino su más pura manera de expresar la disciplina que trae contra todos
cuantos lo habitamos.

—Oh, mejor ya di tu frase de "¿si el Universo es desordenado, por qué yo no habría de serlo?" —intervienen las neuronas, despertando
brevemente de su ensueño con algo de fastidio.
—Ahora no te cumpliré el gusto...

Pero de todos modos, al contemplar el oscuro cielo por mi ventana y ver las estrellas remanentes entre las nubes tormentosas con sus amistosos
guiños desde una profundidad con la que jamás algún mortal sueña poder alcanzar a tocar, me quedó embelesado y digo "Sea como sea, el Universo
es hermoso... ¿Qué mas da si es infinito, si es desordenado, si es una curvatura del espacio-tiempo o simplemente parte del sueño de alguien
más en el que todos estamos atrapados? Al menos, con todo lo que tenga, es hermoso"


1 comentario:

Tabúsoliloquio dijo...

Yo creía que el universo tenía un perfecto orden aun en distancias para perfecto funcionamiento. Así como la distancia entre la tierra y el sol? Si mas lejos, catástrofe, simas cerca... Catástrofe!!!! Muy divertido tu soliloquio hermano, buena aportación, muchas gracias!!!!!